miércoles, 9 de noviembre de 2011

CARTA A PAQUIRRIN

    Querido Kiko: Debo comenzar diciéndote que desde hace mucho tiempo eres mi ídolo, que tu arrolladora personalidad y ese no saber hacer nada que con tanto porte y dignidad llevas, siempre me ha arrebatado y me ha producido la más insana de las envidias.

    Te escribo porque te acabo de ver en la portada del Hola -¡qué mejor sitio!- junto a tu prometida, Jessica Bueno, y tu mamá, que es un poco la mamá de todos, Isabel Pantoja. Triple noticia: vas a ser papá –por lo que veo al primer tapón, zurrapa, que decimos aquí en Aragón-, te casas y a tu madre, que ya fue la viuda de España, la conviertes en la abuela más abuela de todas las abuelas que en el mundo han sido.

    He de decirte que, un poco pasados de fotoshop, eso sí, pero que estabais guapísimos los tres (cada uno en la medida de sus posibilidades, claro). Casi no he sido capaz de digerir de golpe tanta buena nueva y cuando lo he conseguido he balbuceado una nerviosa pero sincera ¡enhorabuena!

    Paquirrín, te admiro desde que tu madre te sacó por primera vez –y última a la vista del resultado- a un escenario vestido con una preciosa chaqueta de terciopelo azul y una camisa blanca con chorreras y puñetas (no es coña, los adornos de pecho y puños se llaman así). Mamá Isabel te llevaba en brazos y te daba paso cantando “mi pequeño del…” Y tú contestabas algo parecido a  “…alma”. O nos lo imaginábamos porque nos hacía ilusión verte tan espabilado y cantando ya a Perales. Recuerdo que todavía tenías pelo –en la cabeza
se entiende- y parecías un querubín.

    Luego quisiste ser futbolista, pero has de reconocer que Dios no te había predestinado para algo tan burdo como darle patadas a un balón. Y viste como tus hermanos, Fran y Cayetano, se convertían en toreros de éxito y eran cada día más guapos, mientras tú… Bueno tu belleza era distinta, más interior (supongo).

    Pasó el tiempo y se te fue cayendo el pelo. O, mejor dicho, se te fue redistribuyendo: el que se te caía de la cabeza lo recolocabas en el resto de tu cuerpo, conservando así un armónico equilibrio capilar. Y  un buen día en La Sexta hiciste el monólogo de los monólogos. Recuerdo que me emocionaste nada más comenzar: “Hola, soy Kiko Rivera, pero todos me conocéis por Paquirrín; sí, ese que sale con tías buenas que tienen las tetas grandes y que salen en pelotas en Interviú”. Ese día, definitivamente, te convertiste en mi ídolo. Quiero ser como tú, me dije.

    Comenzaste a hacer bolos por las discotecas y a cambiar de novia cada quince días. Las he podido conocer a todas siguiendo las portadas de Interviú. Aguerrido y valiente que eres, te fuiste a la “Isla de los famosos”donde, dando muestras una vez más de tu inteligencia, no diste ni golpe y, mientras los demás pasaban hombre, tu comías prácticamente a la carta. Allí conociste a Jessica, surgió la pasión y… vas a ser papá.

    Tío, de verdad, no sabes lo que te admiro. Te deseo lo mejor y estoy seguro de que tu hijo, con esa potente carga genética que le vas a transmitir, te va a superar y va a trabajar todavía menos que tú. Al fin y al cabo dicen que el que trabaja es que no vale para otra cosa. Y tu vales mucho.

    Por cierto, ¿habéis decidido ya el nombre del niño? Porque tiene que ser niño, Me haríais muy feliz si le pusieseis Paquirrinín. ¿Suena bien, verdad?

    Nada más. Sólo decirte que mi admiración es tan profunda que si hay reencarnación en mi próxima vida quiero ser tú. Y es que no cabe mejor elección.

    Ponme a los pies de tu señora madre. Algunas veces parece que tiene cara de mala leche. Supongo que es por los disgustillos que le das y los juicios que tiene pendientes por esas tonterías que hizo sin querer cuando tenía de novio al Alcalde de Marbella. Nada importante.

    Y tú, querido, admirado y nunca bien ponderado Kiko, mi queridísimo Paquirrín, recibe el más sincero, emocionado y afectuoso de los abrazos. ¡No cambies nunca, chaval!

    Joder, si estoy llorando…






2 comentarios:

  1. Yo en mi próxima vida también quiero ser Paquirrín... pero con mi cuerpo. No entiendo como este tío, gordito, calvito y feito, tenga todas esas gachises a su disposición. Y eso que esta tal Jessica Bueno es todo un bombón, no como las últimas chonis que se le arrejuntaron.
    También debo recordar al que ha escrito este artículo, que yo mismo fui su ídolo durante año y medio largo, jejeje.

    ResponderEliminar
  2. Espectacular la frase "al primer tapón zurrapa"

    ResponderEliminar