jueves, 6 de octubre de 2011

EL PREGONERO DE LA DISCORDIA

    Están a punto de comenzar las Fiestas del Pilar y Zaragoza se apresta a vivir nueve días de bullicio, alegría, desmadre y descontrol. Y como toda fiesta que se precie va a comenzar el sábado con la lectura del pregón.

    Debo comenzar confesando que la elección del pregonero de estas fiestas de 2011me parece notoriamente desafortunada. Será Plácido Díez, Jefe de Contenidos de Radio Zaragoza. Vamos, un perfecto desconocido para la inmensa mayoría.

    El honor de ser pregonero debe recaer en un personaje popular, querido por la ciudadanía, cercano, que despierte simpatía y admiración. ¿Qué sentimientos despierta Plácido Díez entre los zaragozanos? Pues pienso que ninguno.

    Zaragoza ha contado con pregoneros en los últimos años que han reunido todos esos requisitos: Javier Coronas, El Tato, Víctor Fernández, Arbeloa, Labordeta, el inolvidable Paco Ortiz, el voluntario de la Expo de mayor edad…. Y también se han cometido errores –pocos, afortunadamente- en la designación. El más recordado, Javier González Ferrari, Presidente –entonces y ahora- de Onda Cero. Un periodista sin ningún tirón popular que pasó a los despachos tras algún que otro fracaso en los micrófonos. Y lo que es más importante: sin ninguna vinculación con la ciudad.

    González Ferrari pagó muy caro el inmenso error de quien le designó. Recordarán que la multitud congregada en la Plaza del Pilar boicoteó de manera inmisericorde la lectura de su pregón, haciéndole pasar un mal rato que a buen seguro todavía no ha podido olvidar.

    Como decía unas líneas más arriba, Plácido Díez trabaja en Radio Zaragoza. Si lo que se pretendía era hacer un homenaje a la radio hay muchos nombres en nuestra ciudad infinitamente más representativos. Los propios oyentes de Radio Zaragoza están enamorados de la voz de Juanjo Hernández –insultantemente perfecta-, de la simpatía de David Marqueta o de la cercanía –cuando le escuchas se convierte en uno más de la familia- de Miguel Mena. Y de otras emisoras la gente adora a Paco Ortiz Remacha y a Salvador Asensio. Cualquiera de los cinco hubiera sido un pregonero más querido por la gente.

    Pero lo vas a ser –el error de su nombramiento ya no tiene remedio- Plácido Díez, que ni enamora con su voz, ni tiene simpatía ante el micrófono –sale poco, mejor así- ni es un personaje cercano.


    Sean benévolos con él.

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