miércoles, 5 de octubre de 2011

COINCIDENCIA



    Con la de ciudades que tiene el mundo y la de hojas que hay que ir arrancando del calendario, tuvieron que coincidir en Zaragoza. Me refiero a Rajoy y Rubalcaba, que el pasado lunes visitaron nuestra ciudad aunque, como es obvio, no se vieron.

    A Rubalcaba le preparaon un baño de multitudes en el Palacio de Congresos de la Expo. Más de dos mil personas escucharon extasiadas su intervención. También visitó algunas empresas en Plaza y, como exagerar es gratis, dijo estar convencido de que Zaragoza se convertirá a no tardar en el centro logístico más importante del Sur de Europa.

    El candidato socialista hace tan sólo unas fechas dijo que su partido optaba claramente por la construcción del denominado Corredor del Mediterráneo. Aquí reescribió el discurso y afirmó sin ruborizarse que la Travesía Central del Pirineo, reclamada como tabla de salvación por Aragón para su expansión en mercados exteriores, es compatible con el citado corredor del Mediterráneo. Y por su elevado coste, en el mejor de los casos tan sólo se acometerá una de estas dos ambiciosas infraestructuras. Pero creerá que nos dejó tan contentos.

    ¿Y qué hizo el bueno de Rajoy en Zaragoza? Pues firmar con Biel –que es como pactar con el diablo- un acuerdo por el que PAR y PP comparecerán juntos en las próximas elecciones generales. El Partido Aragonés, claro beneficiario de esa unión, se garantiza un senador en cada una de las tres provincias y un consejero en la primera remodelación del Gobierno que preside Luisa Fernanda Rudi.

    Decía Alfredo Di Stéfano, un hombre con un humor de mil demonios, que el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once, pero que, te pongas como te pongas, siempre acaban –acababan- ganando los alemanes. Trasladando el símil a la política aragonesa, aquí, gane quien gane las elecciones, acaba gobernando quien quiere Biel. La verdad es que ha conseguido el milagro de contar cada vez con más poder y menos votos. El líder aragonesista es todo un fenómeno digno de estudio por cuanto muta del blanco al negro y viceversa con increíble y desvergonzada facilidad.

    Rajoy pacta con el PAR, el partido corresponsable de todos los males que sufre Aragón y que el propio PP ha criticado duramente en los últimos años. Pero como ahora se necesita, se olvida todo y…¡pelillos a la mar!

    Empiezo a pensar que Rajoy y Rubalcaba tienen mucho más en común de lo que ellos mismos piensan. De momento, una mala memoria para preocupar. Porque de lo que habían dicho antes, de lo que dijeron en Zaragoza y de lo que dirán al día siguiente, ni ellos mismos se acuerdan. ¿Para qué?

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