lunes, 13 de junio de 2011

ES TRISTE DE "PEDIR"...



   …..pero es más triste “de” robar. Es la frase que alguien pronunció por primera vez en el Metro o en algún cercanías, que los humoristas recogieron y que se ha hecho, no popular, sino casi, casi, inmortal.

    ¿Por qué esta extraña introducción? No es fácil, por lo sorprendente del asunto, pero intentaré explicarme. En mi habitual zapeo televisivo nocturno recalo en “El intermedio”, el programa del Gran Wyoming. Emiten un reportaje en el que, hucha en mano, se solicita en el barrio de Salamanca y en un barrio obrero dinero para financiar Intereconomía.

   Con la mosca tras la oreja me digo a mi mismo –valga la multiredundancia-: “Esto lo explicarán en “El gato al agua”, esa tertulia “democrática”, “imparcial”, “plural”, “ecuánime”… -no sigo porque se me han agotado las comillas- en la que un tal Mario Conde, ex presidente de Banesto , abogado del Estado en excedencia y –casi se me olvida- ex preso, noche sí y noche también, dicta desde ese programa lecciones de ética política, de moral pública, de economía y…de todo lo que imaginarse pueda.

    ¿Y qué defiende el bueno de D. Mario en esta ocasión? Pues la más sorprendente de las campañas que, protagonizada por un grupo de comunicación, yo recuerde: Intereconomía pide dinero a sus telespectadores. Sí, sobreimpresionan en pantalla los 20 dígitos de un par de cuentas en la que sus fieles pueden, con su aportación económica, coadyuvar a sostener económicamente la independencia de información y opinión de este medio. Vamos, como decía aquél, “para mear y no echar gota”.

    El argumento que esgrimen es que se les ha cambiado el canal en el que se les sintonizaba en la TDT  y que muchos de sus espectadores ya no pueden verles. (Abro paréntesis para recordar que el anuncio de cambio de canal ha aparecido durante más de tres meses).

    ¿Solución? Hacer una especie de cuestación benéfica, un Domund pero sin niños pidiendo, porque argumentan que con ellos –son tan especiales- se han roto las reglas del mercado en los medios de comunicación. Algo así como el a,e,i,o,u del marketing televisivo que dice que “a mayor audiencia, más publicidad”. Regla universal que tiene en Intereconomía su excepción, pues intentan convencer que su éxito les ha privado de parte de su porción de tarta publicitaria.

    Siempre he pensado que la financiación de los medios de comunicación es algo así  como el misterio de la Santísima Trinidad; que hay que tener mucha fe, porque entenderlo, lo que se dice entenderlo, si no has pasado por la Universidad Pontificia de Salamanca, es misión imposible.

    Intereconomía, con esta campaña ha traspasado una línea muy peligrosa: creer que todos, salvo ellos, somos imbéciles. Y por favor, por higiene democrática, por muy partidarios que sean de ese grupo, ni se les ocurra colaborar con un solo céntimo. Abriría un peligrosísimo precedente. Y si quieren, otro día les cuento lo que nos cuestan los medios de comunicación.

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